martes, 13 de septiembre de 2011

Una espiral de miseria

Las grandes tragedias humanitarias como la que sufre en estos momentos el Cuerno de África llegan a nuestras conciencias, a través de los medios de comunicación, cuando se alcanzan situaciones desesperadas de hambruna y muerte, con grandes éxodos de población hacia los campos de refugiados y la llegada, siempre insuficiente, de ayuda de emergencia humanitaria a las regiones afectadas.


Pero este es solamente el final de un largo y terrible proceso de deterioro de las condiciones de vida de los afectados que, previamente, han ido adoptando las medidas a su alcance para sobrevivir y en las que el éxodo es el último recurso desesperado.

Este hecho, es de vital importancia pues, aunque en el mejor de los casos, la ayuda internacional llegue en cantidad suficiente para enfrentar la emergencia en estos momentos, la población afectada ha perdido toda su capacidad de resistencia, como podían ser sus medios de supervivencia anteriores (tierras para cultivos y ganado principalmente), así como la precaria red de apoyo con la que pudiera contar, formada por su familia, pequeños comerciantes locales, etc.

El siguiente gráfico, elaborado por Frankenberger y Goldstein (1990:23) y analizado en profundidad por Karlos Pérez deArmiño, profesor de la Universidad del País Vasco ilustra claramente esta situación:


Es terrible pensar en la vida de estas personas, hoy desplazadas en los campos de acogida, que hace ya meses o años vienen luchando por sobrevivir en una situación casi desesperada. Primero, cambiaron sus cultivos por otros menos nutritivos y productivos, pero más adaptados a la falta de agua, con el consiguiente cambio a una dieta de hambruna.

Algunos miembros de su familia ya tuvieron que emigrar a buscarse la vida. Han pedido préstamos miserables que nunca podrán pagar, habitualmente en grano o semillas, tuvieron que vender las cuatro cabras que les proporcionaban algo de leche y, como hemos leído en algunos testimonios escalofriantes, abandonar a su suerte a algunos de sus hijos para poder salvar al resto.

No cabe duda de que, en estos momentos, lo más urgente es concienciar a la comunidad internacional para que preste la ayuda de emergencia necesaria para salvar las vidas de estas personas, pero debemos ser conscientes de que cuando el drama se haya mitigado, y desaparezca de los medios de comunicación, la situación de partida ante la próxima sequía (que sucederá) será mucho peor de lo que era hace un año, que ya era mucho peor que hace dos años, que ya era mucho peor que hace tres años…

Los efectos de la sequía se pueden prevenir con inversiones para el almacenamiento de agua, sistemas de riego, optimización de cultivos y un buen número de medidas preventivas, mucho más baratas y eficientes que las necesarias cuando, como en estos momentos, la situación es desesperada.

Si parece inútil confiar en la humanidad y la solidaridad de los gobiernos de los países desarrollados al menos, y ahora que están tan preocupados por la austeridad, podemos intentar convencerles de que una actuación preventiva bien ejecutada obtendrá mejores resultados con menos recursos.

Contamos con vuestro apoyo en esta difícil tarea.

Autor: Pedro Montañés Carrasco

2 comentarios:

  1. Estoy absolutamente de acuerdo en que una vez que estamos permitiendo que esto ocurra, la prevención es la mejor forma de colaborar en contra de estas catástrofes humanitarias que nunca jamás deberían de estar ocurriendo ni ser provocadas por los que nos venimos denominando "paises desarrollados", sería la mejor forma de solventar tales tragedias.
    No debemos permitir que esto ocurra, pongámonos en sus vidas ¿Nos gustaría tener que elegir a cúal de nuestros hijos abandonamos, sabiendo que le espera una muerte segura?..... ¡¡¡¡impensable!!! ¿verdad?....

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  2. Por supuesto que ni podemos imaginarnos lo que vive una familia en esas condiciones. Nosotros abrimos la nevera y tenemos para escoger, incluso en los días que decimos que "la estamos pasando mal" o nos quejamos "por la crisis".

    Hay que tomar conciencia y ayudar. Tal vez no podamos impedir que ocurra, pero definitivamente con nuestro granito de arena, podemos hacerlo más llevadero para algunos.

    Gracias por tu comentario. Comparte este blog con tus amigos, para que podamos llevar este mensaje a más personas. ¿Te parece?

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